—Yo soy Almudena, otra hermana de Juan.
—Encantado ladies —Y clavando su mirada en el bebé dijo—: Por el amor de Dior. ¿Qué es eso que te chupa un pecho?
—Mi búho particular —respondió divertida.
Inmediatamente ambos se enzarzaron en una conversación sobré embarazos, estrías y cremas reafirmantes, mientras Irene se recuperaba de la impresión. Cinco minutos después cuando Noelia regreso al salón tras hablar con su amigo George escuchó a su primo decir:
—Dejadme que os diga que tenéis un brother sexy y estupendo.
—¿Un qué? —preguntó Irene todavía patidifusa por la forma de hablar y de moverse de aquel. Nunca había conocido a nadie tan peculiar.
—Un hermano —aclaró Eva.
Las hermanas de Juan al ver entrar en el salón a Noelia cruzaron una mirada con ella y Eva preguntó con curiosidad y guasa.
—¿Hablabas de verdad con George Clooney?
Noelia agarrando a su primo del brazo le obligó a sentarse y respondió con naturalidad:
—¡Ojalá! Ya me gustaría a mi conocerle.
Tomi reaccionando con rapidez murmuró:
—Y a mí… y a mí, pero no. Es un amigo que es tan divine que le hemos bautizado como el Clooney.
—Es guapísimo —apostilló con énfasis Noelia.
—Mucho. Muy divinón —finalizó Tomi.
Tras escuchar aquello, Eva les miró extrañada. Ella había estado buscado por Internet la página web de la empresa que regentaban aquellos dos, y por más que buscó no encontró fashion Victim. Iba a comentarlo cuando Almudena atacó:
—¿Entonces los dos trabajáis juntos?
Los primos se miraron.
—Sí. Desde hace años se puede decir que somos inseparables —respondió Noelia.
Irene, escaneando de arriba abajo a Tomi preguntó boquiabierta:
—¿Tu también aconsejas sobre moda?
—Oh, sí querida ¡me encanta! En cierto modo me considero un fashion victim.
—¿Qué es eso? —volvió a preguntar Irene.
Tomi, quitándose la toalla mojada del pelo, sacó un peine de púas dorado del bolsillo del albornoz y mientras se peinaba su pelo color pistacho indicó:
—A ver, para que me entiendas. No soy fiel a ningún diseñador. Me vuelve crazy comprarme de todo y a veces compró más de lo que necesito. Me encanta que todo el mundo sepa que llevo lo último de Gucci, y lo próximo de Dior. Oh my God ¡adoro la moda!
Al ver que Eva sonreía, pero ninguna de las otras decía nada clavó su mirada de nuevo en la mujer que le había preguntado y dijo antes de que Noelia le pudiera frenar:
—Por cierto, y esto te lo digo en confianza. Ese peinado que llevas te hace very… very mayor. Ese ahuecado no se lleva desde hace lustros, y si me dejaras aconsejarte podría conseguir que parecieras por lo menos diez años más joven, simplemente cambiando tu look. Por cierto, ¿dónde compras los trapuchos tan terriblemente feos que llevas?
La cara de Irene era todo un poema. ¿Quién era aquel tipo tan desagradable? Noelia al ver aquello, acercándose a su primo siseó:
—Tomi, cierra tu boquita ¡ya! ¿Alguien te ha pedido opinión?
Almudena, divertida por todo lo que escuchaba, soltó una risotada y mirando a su hermana que aún estaba boquiabierta indicó:
—¿Lo ves? Te lo dijimos Eva y yo hace tiempo.
—Ese peinado no te favorece nada, Irene —señaló Eva—. Te hace mayor, vamos, muy marujil y…
—No me interesa vuestra opinión —cortó aquella.
Pero Almudena, sin darse por vencida, prosiguió tras dejar a su bebé sobre el sillón. Conocía cosas de la vida de su hermana, e intuía que desde hacía bastante tiempo le faltaba emoción.
—¿Recuerdas lo que hablamos el otro día con Noelia en la cocina de papá sobre renovarse o morir? Pues creo que ha llegado el momento de renovarse querida hermanita. Y si podemos contar con la ayuda de Noelia y Tomi, pues mejor que mejor ¿no crees?
Irene reaccionó, la miró y con gesto de enfado gruñó:
—Soy una madre de familia respetable, no una modernucha como vosotras. Para mi edad estoy estupenda, y no quiero cambiar. Mi vida está muy bien romo esta.
—Y una porra —gruñó Almudena—. Si hemos venido aquí es para que Noelia te aconseje y ahora no te echas para atrás.
—¿Que yo la aconseje? —preguntó Noelia.
—Sí —asintió Eva con seguridad—. Irene necesita un cambio. Su vida últimamente no es la mejor del mundo y necesita avivar la chispita en Lolo.
—¿Os habéis vuelto locas? ¿Desde cuándo aireamos los trapos sucios fuera de casa? —gritó indignada la mencionada.
—No estoy aireando nada. Solo he dicho que necesitas avivar la chispita de tu matrimonio o… —dijo Eva.
—Te he dicho que no necesito esa ayuda. Yo estoy muy bien como estoy y no necesito aparentar lo que no soy. Pero ¿por qué queréis que cambie?
Sin darle tregua Almudena le espetó:
—Porque lo necesitas, porque eres una persona joven y, en cambio no lo aparentas.
Noelia y Tomi sorprendidos por aquella trifulca entre hermanas se miraron y este último preguntó con curiosidad:
—Pero bueno, querida ¿cuántos años tienes?
Al escuchar aquello Irene pensó en no contestar, pero finalmente carraspeó y cuchicheó:
—Cuarenta y dos, y a mucha honra.
Como si le hubieran dicho ciento veinte, Tomi se llevó las manos a la cara y gritó ante el desconcierto de su prima:
—Por-el-amor-de-my life. Pero si yo te echaba veinte más. Oh no… eso no puede ser, Darling, un poco de glamour in your life no te vendría mal.
Noelia fue a parar aquello cuando Irene gritó mirando a sus hermanas:
—¡¿Qué pretendéis ricas?! ¿Que parezca una actorucha de Hollywood con vida pecaminosa e irreal? —aquello sorprendió a Noelia—, ¿O acaso pretendéis que me ponga un pendiente en el ombligo cómo llevas tú?
—Ahora no lo llevo —se defendió Almudena , pero en cuanto mi cuerpo vuelva a ser lo que fue, me lo volveré a poner. ¿Y sabes por qué? Porque me gusta y porque me gusta gustar, ¿has oído bien?
—Ya te vale, rica. La sarta de tonterías que tengo que escuchar, ahora que eres madre —protestó su hermana mayor.
—Vale. Soy madre soltera pero no tonta. Me gusta el sexo, me gustan los hombres y me gusta gustar. Y eso, querida hermanita, me seguirá gustando siendo madre o no. ¿Te enteras?
—Sí… si ya te vi cómo tonteabas con el municipal ese —le recriminó.
—Enfádate todo lo que quieras, pero creo que a Lolo un cambio en tu apariencia le encantaría. Joder Irene… que es un hombre —insistió Eva—. Tú imagen es antigua y por lo visto no soy la única que lo piensa.
—¿Y tú qué tienes que hablar de mi marido Eva María?
—Yo nada —suspiró su hermana—. Solo que Lolo es un hombre y estoy segura de que le gustaría verte guapa y diferente. Chica, un poquito de morbito y atracción no os vendría mal. Además, no me digas que no te gustaría que te ocurriera algo emocionante y altamente estimulante con él, en cualquier lugar, y…
—Yo no soy una libertina como tú o ella. Yo soy…
Almudena molesta por aquel comentario, escudriñó a su hermana y siseó:
—Sí… tú eres la santa de la familia ¡Santa Irene! Y te vamos a canonizar cuando la palmes. Oh Dios. ¿Por qué tendrás que siempre tan negativa? Necesitas un cambio y punto, o dentro de poco tu bigote será más largo que el del tío Jacinto.
—Oh… las cosas que tengo que escuchar —refunfuñó aquella, mientras se tocaba el labio superior. ¿Tanto bigote tenía?
—Vamos a ver, Irene —protestó Eva—. Te pasas media vida quejándote porque Lolo no te mira, y ahora que te proponemos que te actualices exteriormente como mujer, y le enseñes tu potencial ¿también protestas? Joer chica, a ti no hay quien te entienda.
Esto es un desastre pensó Noelia al ver como aquellas se enfadaban, pero fue a hablar cuando su primo se le adelantó.
—Stop… Stop… Stop… —exigió Tomi y mirando a la malhumorada hermana mayor indico: —Querida, para estar divina y actual ¡no hay edad! Puedes ser una mamá respetuosa y un bombón de mujer. Puedes ser una woman respetable y una mujer divina.
—Pero…
—No hay peros, ni excusas. Soy un profesional y tú necesitas un extreme makover.
—¿Un qué? —preguntó Irene.
—Un cambio radical —asintió aquel—. Si no he oído mal tus sisters creen que necesitas un cambio in your life y fíjate my love, yo no te conozco, pero solo con verte pienso como ellas. Eres muy joven querida para parecer la abuela de cualquiera de ellas. Pero ¿no lo ves lady? Puedes ser una woman espectacular. ¿Por qué te lo niegas?
Irene metiéndose la mano en el bolsillo de su chaqueta granate, sacó un pañuelo y se lo llevó a la nariz. Pensar en Lolo, su marido, le hacía llorar. Desde que tuvieron a la pequeña Ruth, apenas la miraba. Prefería irse al bar a echar la partidita con sus amigos a pasear con ella o ir simplemente al cine, como hacían antes. Tras sonarse y secarse las lagrimillas de los ojos, miró a aquel desconocido y preguntó:
—¿Por qué hablas tan raro?
—¡¿Yo?! Oh my God si yo hablo divinamente el spanish.
—Pues metes cada patada al diccionario que me dejas sin palabras.
Ahora el desconcertado era Tomi. Noelia al ver la cara de Tomi, respondió adelantándose:
—Es que mi primo tiene una particular manera de hablar. Digamos que habla espanglish. Mezcla el español con el inglés, y eso se debe a nuestro trabajo. Y aunque creas que somos unos entrometidos, si quieres nuestra ayuda para cambiar en algo, aprovéchate del momento. Aquí nos tienes.
Irene, tras cruzar una mirada con sus hermanas sonrió, y mirándoles murmuró:
—De acuerdo. Quiero volver a ser guapa y sorprender a mi Lolo. ¿Podéis ayudarme?
—Sí —dijeron al unísono los implicados.
"¿Y a ti qué te importa?" отзывы
Отзывы читателей о книге "¿Y a ti qué te importa?". Читайте комментарии и мнения людей о произведении.
Понравилась книга? Поделитесь впечатлениями - оставьте Ваш отзыв и расскажите о книге "¿Y a ti qué te importa?" друзьям в соцсетях.